Celebración 2 de octubre, Día Internacional de la No Violencia
La Comunidad para el desarrollo humano, organismo socio-cultural del Movimiento Humanista, trabaja desde hace 40 años creando conciencia de la necesidad de una cultura de la no violencia en el ser humano. Agradecemos y apoyamos a la Asamblea General de la ONU al declarar el día 2 de octubre como Día Mundial de la No violencia, en recuerdo del nacimiento de Mahatma Gandhi, y llamamos a organizaciones y personas a impulsar su celebración por todo el mundo.
La actual escalada de sufrimiento y violencia mundial, tanto física como económica, trae como consecuencia el movimiento de personas entre países, por ello consideramos más importante que nunca, trabajar por una nueva cultura donde el ser humano sea lo mas importante, promoviendo la no violencia como metodología de acción
Desde el comienzo de su historia la humanidad evoluciona trabajando para lograr una vida mejor. A pesar de los avances hoy se utiliza el poder y la fuerza económica y tecnológica para asesinar, empobrecer y oprimir en vastas regiones del mundo, destruyendo además el futuro de las nuevas generaciones y el equilibrio general de la vida en el planeta. Un pequeño porcentaje de la humanidad posee grandes riquezas mientras las mayorías padecen serias necesidades. En algunos lugares hay trabajo y remuneración suficiente, pero en otros la situación es desastrosa.
A nivel mundial hay 60 millones de personas desplazadas forzosamente a consecuencia de la persecución, los conflictos, la violencia generalizada o las violaciones de derechos humanos, superando la cifra de víctimas forzadas al éxodo durante la Segunda Guerra Mundial. ( cifras de ACNUR)
En el pasado, durante la ola de inmigración europea al continente americano, mas de 27 millones de europeos migraron a Estados Unidos y más de 15 millones de europeos migraron a Latinoamérica. Conviene hacer memoria y recordar los periodos históricos que precedieron al actual.
Siria es el principal país emisor de personas refugiadas en la actualidad, más de cuatro millones han tenido que huir en busca de seguridad a otros países. El conflicto armado de Siria entra en su quinto año y las cifras de sus consecuencias son devastadoras: 220.000 muertos, 11 millones de desplazados, 4 millones de refugiados y 12.2 millones de personas que dependen de la ayuda humanitaria para subsistir.
Ademas hay un gran número de personas procedentes de África que arriesgan su vida para llegar a Europa, debido a la violencia, a la pobreza y a las guerras que son los grandes impulsores de la migración hacia Europa.
Pero todo el supuesto problema de la inmigración esta mal planteado desde el principio. Este sistema neoliberal considera que la globalización consiste en la libre circulación de productos y capitales y, sin embargo, restringe cada vez mas la libre circulación de personas.
Para la comunidad los inmigrantes son seres humanos y deben tener los mismos derechos y oportunidades que los demás.
Resulta evidente que esta situación nos exigirá una seria reflexión sobre el futuro. Este flujo masivo de personas no se detendrá hasta que se atiendan las causas originarias de su situación y se favorezca y promueva el avance y el progreso en los países de origen. No se puede plantear la inmigración desde el paternalismo o la caridad, si no en términos de lucha por los derechos fundamentales de las personas y denuncia de los desequilibrios económicos entre regiones.
Esta situación es trágica pero también alumbra el nacimiento de una nueva civilización, la civilización mundial. Si esto es así, también se ha de estar desintegrando un tipo de mentalidad colectiva al tiempo que emerge una nueva forma de concienciar el mundo. Es una sensibilidad que capta al mundo como una globalidad y que advierte que las dificultades de las personas en cualquier lugar terminan implicando a otras aunque se encuentren a mucha distancia. Las comunicaciones, el intercambio de bienes y el veloz desplazamiento de grandes contingentes humanos de un punto a otro, muestran ese proceso de mundialización creciente.
Que todo termine en un caos o comience una etapa de humanización progresiva dependerá de la intención de los individuos y los pueblos, de su compromiso con el cambio del mundo y de una ética de la libertad donde impere la necesidad moral de tratar a otros como uno quiere ser tratado.
Agradecemos a todas las personas que se suman a esta celebración y a las que trabajan día a día por construir un nuevo tejido social y por irradiar esa nueva cultura, la cultura de la no violencia.
Aspiramos al establecimiento de una Nación Humana Universal, regida por la libertad, la solidaridad, la igualdad de derechos y de oportunidades, por la no-discriminación y la no-violencia.
Y como dijo Silo con motivo de la primera celebración anual de "El Mensaje de Silo" en Punta de Vacas, Mendoza, Argentina en el año 2004.
"Estamos al fin de un período histórico obscuro y ya nada será igual que antes. Poco a poco comenzará a clarear el alba de un nuevo día; las culturas empezarán a entenderse; los pueblos experimentarán un ansia creciente de progreso para todos entendiendo que el progreso de unos pocos termina en progreso de nadie. Si, habrá paz y por necesidad se comprenderá que se comienza a perfilar una Nación Humana Universal".